Marco Antonio Corcuera: Un verso que sigue vivo

Un 9 de septiembre como hoy, en 2009, partió Marco Antonio Corcuera Díaz, fecundo escritor, creador del concurso de poesía "El Poeta Joven del Perú".

Su amigo y pariente, César Adolfo Alva Lescano, lo despidió con palabras que aún resuenan: su muerte no podrá sepultar su memoria, su imagen, su moral, su ejemplo, la nobleza de su espíritu. Y es cierto: su voz sigue presente en cada verso, en cada encuentro cultural, en cada recuerdo que lo mantiene vivo entre nosotros.

Hoy lo evocamos como un ser humano ejemplar, esposo, padre y sobre todo como poeta y amigo, cuya obra y generosidad permanecen como herencia luminosa para las nuevas generaciones.

Marco Antonio Corcuera Díaz (1917 – 2009)
¡Poeta y amigo… descansa en paz!

Discurso completo de César Alva Lescano

Si existe un glorioso cielo Mansión para los poetas, Y en este mísero suelo Sólo les queda el consuelo De haber amado de veras, Se ha consumido su vida Igual que las fuentes secas Y en vaho se precipita A las regiones eternas.

Este multitudinario cortejo fúnebre que llega contrito a este lugar del eterno descanso, escenario silencioso y lúgubre, es testimonio fraterno del sentimiento y amistad que en vida gozó el distinguido ciudadano, fecundo escritor e inspirado poeta, Doctor Marco Antonio Corcuera Díaz. Este cortejo viene hondamente atribulado a depositar en su sepulcro los restos mortales de tan ilustre varón, hombre bueno, virtuoso, generoso amigo y gran poeta; termina su trágico drama y presenta el último acto de su vida.

Esta oración necrológica que se extiende esta tarde por el ámbito de esta silente mansión, hace eco en los corazones adoloridos al despedir al amigo poeta que cae por designio divino y natural, pone en el umbral de su mudanza, término a su ilustre existencia, tras el tiempo que ha marcado el ritmo de su vida, va quedando su ejemplo, su mensaje amoroso difícil de negar y olvidar; pues su grata existencia cargada de dignidad, el tiempo se encargará de justificar y exigir su recuerdo e inmortalidad; su muerte no podrá sepultar su memoria, su imagen, su moral, su ejemplo, la nobleza de su espíritu, virtudes que distinguieron su personalidad frente a los bienes terrenales.

¡POETA Y AMIGO...!
¡¡DESCANSA EN PAZ...!!